Abc S. F.
Los interminables meses de confinamiento se convirtieron en una «tormenta perfecta» para que los niños se engancharan a las pantallas. Mientras muchas familias se vieron obligadas a teletrabajar, los más pequeños quedaron bajo el amparo de los móviles, las tabletas y la televisión. Estas mismas herramientas también se convirtieron en el principal recurso educativo con el que conectarse a las clases en línea y seguir aprendiendo.”(more)