El País Nacho Meneses

“Equivocarse es una parte natural de cualquier proceso de aprendizaje, y resulta clave en el desarrollo de la personalidad en la infancia y adolescencia. Pocos adultos albergan dudas al respecto y, aun así, muchos padres intentan evitar a toda costa que sus hijos caigan en el error y la consiguiente frustración. Una intención perfectamente natural y entendible que, no obstante, puede causar el efecto contrario: “Cuando se sobreprotege a un hijo, no se entrena la tolerancia a la frustración. Y eso es algo muy necesario en la infancia, para que poco a poco vayamos haciendo frente a los inconvenientes que nos trae la vida”, argumenta Amalia Gordóvil, profesora de la UOC y psicóloga familiar del Centro GRAT en Barcelona.”(more)