El País Ana Camarero
“Los momentos en el sofá del salón, antes de irse a dormir, eran especiales. Acurrucado junto a su madre, Martín escuchaba atentamente el fragmento del cuento que tocaba esa noche. Durante quince minutos, atendía la historia que Laura le contaba de manera pausada. A lo largo de ese tiempo, su madre le explicaba por qué el protagonista se encontraba triste, cómo disfrutaba jugando en los columpios del parque junto a sus amigos o por qué se había enfadado.”(more)
Literatura que rompe la barrera de la edad entre padres e hijos