El País Carolina Pinedo

“Turrones, roscón de reyes, cenas copiosas, celebraciones por doquier a horas intempestivas. La Navidad gira en torno a la mesa y los manjares culinarios y puede resultar una bomba de relojería para nuestros estómagos y los de los de los niños. Las tradiciones navideñas provocan que “los adultos estemos menos pendientes de que los niños tengan una dieta equilibrada, por lo que nos excedemos en esas cosas que deben comerse de vez en cuando, como los rebozados, chocolates o chucherías, que en Navidad se comen todos los días y dejan de ser excepcionales, por lo que esto termina acarreando, con frecuencia, dolores abdominales por ingesta excesiva, vómitos por abuso de dulces o chucherías y empeoramiento del estreñimiento.”(more)