News Herald – Juliann Talkington
Todos sabemos que los padres que constantemente discuten con maestros, entrenadores y otros líderes juveniles es con la finalidad de obtener alguna ventaja para su hijo. Y hemos visto a los padres arremeter cuando alguien critica el comportamiento de su hijo.
¿Por qué los padres actúan de esta manera?
Los padres que exhiben estos comportamientos sobreprotectores, están generalmente motivados por el miedo. Muchos quieren dar a sus hijos algo que sienten que perdieron o eliminaron cualquier riesgo que haga que sus hijos puedan tomar malas decisiones.
Aunque estos padres actúan de forma intencionada, crean muchos problemas a sus hijos.
Los hijos de padres sobreprotectores carecen a menudo de confianza en sí mismo. Los padres sobreprotectores toman la mayoría de las decisiones de sus hijos, estos chicos creen que son incapaces de manejar incluso propias cosas simples.
Además de los desafíos con la toma de decisiones, estos jóvenes a menudo tienen problemas para evaluar el riesgo. Muchos asumen conductas de riesgo, debido a que no tienen la oportunidad de aprender acerca de las consecuencias de las malas decisiones.
También hay consecuencias para la salud. Kosuke Narita de la Universidad de Gunma, Japón, escaneó los cerebros de 50 personas entre 20 y 30 años, y les pidió que llenaran una encuesta acerca de la relación que tuvieron con sus padres durante los primeros 16 años de su vida.
Este equipo de investigadores encontró que los participantes del estudio con padres sobreprotectores tenían menos materia gris en la corteza prefrontal que los que tenían relaciones saludables con sus padres. Narita y su equipo creen que hay una liberación excesiva de cortisol, una hormona del estrés, y reducción de la producción de la dopamina como resultado de la mala educación, la cual provoca un retraso en el crecimiento de la materia gris.
Además, muchos padres sobreprotectores están tan preocupados por posibles lesiones, que limitan a sus hijos actividades que requieren correr, subir y saltar. Además de minimizar la importancia de revolcones en el patio o parque, y las actividades deportivas organizadas están también en entredicho. Esta falta de actividad física puede provocar obesidad u otros problemas de salud.
Los niños también necesitan aprender cómo afrontar situaciones sociales. Enviar a un niño a la escuela grande no es suficiente. Los niños necesitan interactuar con los adultos, compañeros y niños más pequeños para aprender sobre el liderazgo, la compasión y la etiqueta básica.
Si queremos que los niños sean felices, sanos y estén bien adaptados, tenemos que enseñarles acerca de lo correcto e incorrecto y darles la posibilidad de tomar buenas decisiones. Por lo tanto, tenemos que dejar ir poco a poco a nuestros hijos. De esta manera podemos aplaudir sus éxitos y ayudarles a que aprendan de sus errores cuando los riesgos son bajos. Entonces es cuando realmente estarán listos para tomar decisiones difíciles.
Juliann Talkington, fundadora de la Escuela Internacional Renaissance, (www.rschoolgroup.org). Para más información, puede ponerse en contacto a través de jtalkington@rschoolgroup.org o al 850-873-6981.